jueves, 6 de julio de 2017

JINETE JOEL ROSARIO

Dagoberto Galán
Santo Domingo
Si la vida te da limones... Como la mayor parte de los chiquillos dominicanos, Joel Rosario se veía en medio de un parque de pelota de Grandes Ligas, bateándole a los mejores lanzadores, haciendo doble matanzas alrededor del segundo cojín y celebrando un anillo de Serie Mundial.


Con el paso del tiempo su cabeza no se separaba mucho de sus pies, fue echando de lado el mayor de sus anhelos mientras comenzaba a conocer el apasionante mundo de los caballos, en ocasiones ayudando a su familia en los quehaceres propios del campo o divirtiéndose junto a alguno de sus 12 hermanos de padre y madre o de uno que otro hermanastro o amigo.

Uno de sus hermanos de padre, Juan Jiménez (no el entrenador), observa la habilidad de Joel sobre los equinos y le propuso probar suerte como jinete en el Hipódromo V Centenario. Para tal fin lo trajo a Santo Domingo en 1998, lo inscribió en la escuela de jinetes que dirige Manuel Hierro... y ahí comienza la historia.
Graduado con apenas 15 años, “Joelito” recibe la oportunidad de dar sus carreras de prueba con ejemplares de Demetrio A. Correa (Corombo) y comienza una meteórica carrera como jinete profesional en el año 2000 ganando 68 primeros lugares, a pesar de que su primera experiencia en una carrera fue desastrosa.
“El primer caballo que monté (Minor Skeeme), relata Rosario, “me derribó a la salida, y aunque no me pasó nada decidimos que debía prepararme mejor, por lo que volví a la escuela de jinetes hasta junio cuando los hermanos Richard y Cristian Pimentel me dieron la monta de Grey Fold, con quien gane en 1,100 metros”, recuerda el joven dominicano que visitó LISTÍN DIARIO aprovechando sus vacaciones.
Cuatro lideratos y un cambio de rumbo Para el 2001
Rosario gana el liderato rompiendo la marca de Anissette de León y sigue mejorando sus marcas en el 2002 y el 2003, cuando gana 229 carreras, actual récord en el hipódromo V Centenario.

Para el 2004 pierde el liderato de Inoel Beato y retoma la corona en el 2005 cuando gana 210 veces y consigue llegar en segundo lugar en el Clásico del Caribe con el ejemplar Excelencia, a pesar de que fue distanciado.
A mitad del 2006, con 110 triunfos en su haber, viene la gran decisión... buscar nuevos rumbos. De manos del ex jinete Heriberto Soto, Joel sale en busca del sueño americano y es el Oeste de Estados Unidos el lugar elegido.
Como cada historia de éxito las cosas no salen como él pensaba y luego de amargos momentos en diferentes parques de carreras gana tres ejemplares en una tarde y despierta la atención de los dueños de caballos. “Había momentos en que pensaba dejar todo y arrancar para mi país pero siempre encontraba a alguien que me aconsejara esperar”, recuerda el jinete.
Sus triunfos en los hipódromos de Golden gate y Bay Meadows lo catapultaron al lugar donde se encuentra hoy, en el glamour de Hollywood Park, Santa Anita y Del Mar, donde ha ganado el liderato en cinco temporadas y se ha colocado en el 2010 como el cuarto jinete de la nación, produciendo con sus montas cerca de 10 millones de dólares. “Sí, se gana buen dinero como jinete, sobre todo allá” (EEUU), dijo de manera tímida Rosario que andaba junto a su esposa Breanna Reising, su hermano mayor Marino y su agente en el país, Federico Martínez (Mingo Blusa).
ALTAS Y BAJAS: SICÓTICO Y BULLET PLACE
Luego de hablar de su enorme frustración en el 2004, cuando rodó por la pista montando a Bullet Place, quedando inconsciente y en peligro de grave lesión, Joel narra el mejor momento de su corta carrera, la que piensa extender por una o dos décadas como han hecho Mike Smith, Shane Sellers, Gary Stevens, Junior Cordero y otros grandes.

“Por encima de carreras clásicas en Estados Unidos, el que considero mi momento más emocionante fue el triunfo manejando a Sicótico en el Clásico del Caribe del 2008”, recuerda Rosario que busca cómo recrear la competencia. “El viejo (Eugenio Deschamps) me pidió que fuera a Puerto Rico y acepté sin pensarlo dos veces. Volé toda la noche para llegar al camerino justo a tiempo para la carrera y a pesar de que no había montado nunca a Sicótico, había visto unos vídeos que mostraban la capacidad del ejemplar”, relata.
No todo es trabajar
Deportista desde niño, Joel Rosario saca tiempo para escuchar música, jugar baloncesto, béisbol, softbol y golf, su nuevo deporte.

Aprovecha sus días libres para venir a ver a su madre, a sus hermanos y a compartir con su esposa, a quien conoció en los hipódromos de California.
“Ella era galopadora de caballos”, dice orgulloso de su profesión de la cual ratifica se puede vivir bien si se toma en serio.
“Los jóvenes de poca estatura pueden ver en esta una excelente carrera profesional a pesar de que es algo peligrosa”, apuntó el joven que piensa establecer algún negocio propio al momento de su retiro.
“No terminé el bachillerato (estudió en la escuela Patria Mella hasta el segundo), pero la educación es muy importante, concluye.
En este momento, Rosario, que ha sido premiado como Atleta del Año por la Asociación de Cronistas de Santo Domingo (A.C.D.) en tres ocasiones, es uno de los jinetes más cotizados en la hípica estadounidense y es, sin quizá uno de los dominicanos más prominentes en el plano internacional.
Quiso ser un Manny Ramírez, un Albert Pujols, un Sammy Sosa o un Alex Rodríguez, pero en vista de que su condición física no se lo permitió hizo los grandes cuando en vez de naranjas la vida le da limones... aprendió a hacer limonadas.