miércoles, 3 de agosto de 2022

Guerra de géneros




Por: Raul Luis Serrano

 El domingo 30 de julio, se celebró el día de los padres. Como siempre, no estuvo tan ajetreado como el día de las madres. Como van las cosas, en el futuro desaparecerá la aprobación y admiración hacia los hombres y a los padres. Como fruto de diferentes situaciones a que es sometido el sexo masculino. 1-En el hogar, se le ha asignado el rol de castigar a los hijos. Cada vez que la madre corrige a sus hijos y estos muestran una conducta obstinada, siempre se oye decir “se lo voy a decir a tu papá”, o sea, al “cuco”, al papá pegón, para corregir. 2- Con la liberación femenina, al hombre se le asignó el rol de “opresor”, al gozar del poder económico y por ser cabeza de familia, éste podía hacer y deshacer. Mientras, la mujer se quedaba en la casa como esclava: cocinando, limpiando la casa y cuidando a los hijos. 3- El hombre es calificado como “agresor” que incurre en violencia de género contra la mujer, cometiendo hasta feminicidios. 4- Se han aprobado leyes que, por una misma infracción, castigan a los hombres a duras y severas condenas, mientras que, si es mujer, solo cumple una condena leve.

Estas situaciones han creado un grave prejuicio hacia el hombre, que lejos de buscar unidad y armonía, en el fondo; están destruyendo la sana relación entre hombre y mujer. Al asignarle a la mujer el calificativo de sexo débil, vulnerable e indefenso. Al hombre se le identifica como sexo fuerte. Con esta narrativa un hombre, que es maltratado físicamente por una mujer, cuando va a poner la denuncia, recibe mofas y burlas por parte de las autoridades. Sin embargo, si es una dama la que pone la denuncia, hay un proceso más activo, serio y receptivo. Hay adolescentes varones, que al ver tantos prejuicios y fobias contra los hombres; algunos se sienten avergonzados de su sexo, otros prefieren ser homosexuales. Porque no quieren ser mal vistos como “cucos”, “opresores”, “abusadores” y “delincuentes”.

Con dicha narrativa, las señoritas, podrían mostrar fobia y terror hacia el sexo masculino, empezando por sus familiares y amigos del sexo opuesto. Y preferir el sexo o género bueno, pudiendo caer en el lesbianismo. Pensándolo bien ¿Quién querrá convivir con un sexo masculino que “asusta”, “abusa”, “oprime” y “delinque”?  Mientras acaban con la reputación de los hombres, elevan al sexo femenino. Mientras que ponen al hombre como un ser aborrecible y despreciable, presentan a la mujer como lo mejor, el sexo ideal. Mientras que, a papá, su día pasa inadvertido, a mamá; se le cantan loas y salves y sus hijos hacen grandes sacrificios para reconocerla. ¡Toda una inequidad!

Usando la estrategia del lenguaje contaminado de: hombres malos y mujeres buenas; de género masculino como lo peor y el género femenino, como lo ideal y mejor. Están promoviendo una guerra entre sexos, géneros. Al querer todos lo bueno; lo mejor, se está provocando una estampida o deseo de identificarse y pertenecer al sexo o género bueno, ideal y mejor: el femenino. Todo esto obedece a un plan muy bien elaborado para destruir a la familia. Es cierto que hay hombres: agresores, abusadores, incompetentes; pero también, los hay, serios, honestos, caballeros, buenos proveedores; buenos: padres, hijos, hermanos, vecinos.  Creer que el sexo hace a una persona mala y a otra buena, es un gran engaño. El sexo o género, no nos hace buenos ni malos. Nadie es bueno por ser mujer y malo por ser hombre.

¿Qué Dios dice en la Biblia?

“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Génesis 2:24 En su glorioso plan para la familia, Dios habla de un equipo compuesto de hombre y mujer, donde debe haber: amor, respeto, unión y armonía mutuas.

“Honra a tu padre y madre”. Éxodo 20:12. Aquí la Biblia procura balance e igualdad para ambos, no pone a un sexo por encima del otro. Los hijos deben brindar: amor, respeto y obediencia al hombre padre y a la mujer madre. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Mateo 22:38 Nuestro prójimo, es el que está más cerca de nosotros y estos son nuestros familiares y todo aquel que necesita de nuestra ayuda; puede ser hombre o mujer. Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 20 así que, por sus frutos los conoceréis”. Mateo 7:17,18,20. En términos morales, las personas se deben calificar por sus acciones, no por su sexo. Las leyes condenan las malas acciones de las personas, no el sexo.

Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que, impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”. Romanos 13:7,8 El mejor regalo que podemos ofrecer a padre y madre, es: Honrarlos, amarlos y respetarlos, todos los días. Debemos reconocer, valorar y respetar a todas las personas por sus buenas acciones. Agradezcamos a Dios que hizo a hombre y mujer. Por darnos la institución de la familia. Agradezcamos a Dios, que asignó diferentes roles y responsabilidades a hombre y mujer, para que se complementen y trabajen en armonía. Evitemos la guerra de los géneros, desterremos el lenguaje contaminado, usando un lenguaje asertivo. Amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos.

 

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