Por: Raúl Luis
Serrano,
@RSerrano27
“Porque al no ejecutarse
en seguida la sentencia para castigar la maldad, se provoca que el hombre sólo
piense en hacer lo malo.” Eclesiastés 8:11
La grandeza
de una nación está relacionada con la aplicación de leyes, normas y reglamentos
justos para todos sus habitantes, sin importar su condición o clase social.
Apoyar o promover el incumplimiento y la violación a las leyes, normas y
reglamentos solo porque haya diferencias intrafamiliares o intrapartidarios;
sencillamente es fomentar el caos institucional. Defender que se violen las
leyes solo porque el que lo hace cuenta con nuestra simpatía, es una forma de debilitar
y destruir la institucionalidad.
Cuando somos
parciales y respaldamos las inconductas de quienes violan, quebrantan e
incumplen, y no sentirnos aludidos, es crear monstruos, que luego serán de
muchos dolores de cabeza a la familia y para el país. Pero, además, aplaudir y consentir que los que
gozan de nuestra simpatía y respaldo, irrespeten y vulneren los derechos de los
demás sin expresar nuestro desagrado y desaprobación, ¡es completamente imperdonable!
Apoyar lo
malo, nos hace cómplices por omisión o por comisión. Entonces, cuando el abuso sea
contra nosotros o contra nuestros familiares y amigos, ¿Qué garantía tenemos
que los abusadores no usarán los mismos métodos avasallantes contra nosotros? Entonces
cuando esto ocurra ¿Quién nos defenderá? ¿Le gustaría que se solidarizaran con
usted, cuando violen sus derechos?, ¿Adónde recurrir, sino se dispone de
árbitros imparciales?, ¿Adónde recurrir, sino disponemos de instituciones robustas?,
¿A quién recurrir, sino tenemos ciudadanos sensatos y solidarios?
La única
manera que tiene el país de disfrutar de paz y sana convivencia, es si contamos
con ciudadanos sensatos y conscientes; con instituciones sólidas que
administren justicia de manera imparcial y las leyes sean justas y de igual
aplicación para todos. Porque “la justicia engrandece a la nación; Mas el pecado (violación de la ley) es afrenta (vergüenza,
ofensa, infamia, insulto) de las naciones”. Proverbios 14:34
Fortalezcamos
las instituciones, con un ejercicio correcto de ciudadanía. Promoviendo la sana
convivencia, expresando crítica constructiva, hablando la verdad, defendiendo siempre
lo correcto, identificándonos siempre con las mejores causas del país. Sin
consentirle a nadie lo mal hecho. El que ama a Dios y al prójimo, no hace
maldad, ni actúa con premeditación y alevosía. Recuerden que: “El temor de
Jehová es aborrecer el mal, la soberbia y la arrogancia y el mal camino” ….
Proverbios 8:13
El autor es: cristiano, educador, mercadólogo y
administrador.
Por: Raúl Luis Serrano,
@RSerrano27
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